Son tan incorrectos la noche, el mar y el viento
como lo son el verdor y lagunas rojas en tus ojos;
el alma del vino, el goteo en el cristal, sus flores
lo plateado del tiempo y su suave nicho astral.
Qué inconveniente es el aroma de tu voz y tu cabello
andar despacio delante de la sombra, bajo tenues farolas
como inoportunas son en mi, las madrugadas a solas
soñando con el verdor, las lagunas, tu olor y una copa.
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