15 de agosto de 2009

DUALIDAD

He de decirte que nunca mis líneas son para uno solo, esta vez son para ti solo para ti porque desde que recuerdo ese recinto que es tu pecho es el mejor lugar para morir. Nunca acepté la felicidad tan resignadamente, es aburrida y somera, nunca busqué la felicidad a tu lado porque los límites de tus dedos aguerridos son más que una corriente y contradictoria comodidad humana.

Cuántos versos dedicados al amor, palabras que nos remiten al gran latido de la vida, a la vertiginosa luz que sube y baja, y como movimiento constante nos arrebata y nos trae. Así eres tú. No te quiero porque se quiere para uno mismo. El ave preciosa en le cielo deseada para mantenerla en la voraz jaula, sin piedad, para contemplar las bellas plumas y el insufrible egoísmo al escuchar el canto celado.

Canto ave adolorida, cansada, de réplica de la agonía, que creemos que es bello, pero es doliente, lastimero y sin honor.

Tú eres ave que miro cerca y lejos, que canta entre ramas con fervor, con éxtasis. Por eso no te quiero, sin embargo, mientras el aleteo se acerca anhelo el vaivén del viento de tus alas, el canto que se contesta en mi corazón, como eco de tambores borrascosos ya apenas perceptibles.

El amor es un “espejo enterrado” si te digo que te amo, que sin ti me muero no estoy diciendo algo. Solamente que te quiero y eso no vale, es piedra sin pulir, semilla sin nacer, es gritar a la montaña y escucharme a mi mismo. El amor es espejo, pero no el de Narciso, ese claro que deja ver mi rostro que hace que busque mis facciones y las replique en mi pareja. Cuando solo uno ama es solamente dolor. Es entonces el verdadero piedra de obsidiana que me deja ver del otro lado, mirar tu rostro y más allá.

Eres llanto de nacimiento y de velorio, eres el lejano mozo de mi infancia, mis almas girando y palpitando. Enterrado en mi corazón pues aunque diga palabras que el viento se lleva, aunque mire a otras aves, o ame a la mar o a las dunas, al monte o al río, sigue el espejo sepultado en mi corazón, y no vale si no se refleja por tu voluntad. El amor es cuando en el espejo de obsidiana te miro con amor y tú replicas mi mirar en tus ojos y entonces ninguna palabra hay para eso.

Enterrado como semilla que ha de morir para dar vida. Yaces ahí igual que el cosmos en le hombre y el hombre para el cosmos, el amor está y existe cuando se refleja. Es dolor y amor, como estrella latiendo a los humildes ojos del hombre se ve encoger su luminosidad y crecer, como amarte. Pero cerca en otro tiempo y lugar crece infrenablemente, como el sol, hasta estallar igual que el universo, muere para volver a nacer en otra forma y existencia.
Por eso moza te miré hombre, y mujer te miro hoy. No vale el tiempo hasta que nos encontramos con los ojos y nuestro amor se reflejó así. Y enterrado permaneces en mí y yo en ti y el copal arde, aunque llueva o el viento lo arrastre a su lugar en el mundo.
Esto son solo palabras,fragmento diminuto que puedo ver incrustado en tus pupilas, lo que veras en las mías.Esto son solo palabras,pero a la vez son más que eso.

ENAMORARSE Y NO
MARIO BENEDETTI
“Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.”

NOTLAZOHTLA

"Notlazohtla ichpoxochitl,
in citlalin titlachia
ihcuac quin ye tlanexti,
tepetzallan tlanexia
Ximocuiti, ica melahuac
ica melahuac nimitztlazohtla,
inhuac quin ye tlanexti,
tepetzallan tlanextia."

Amada mía, flor doncella,
la estrella contemplas
cuando ya amanece
entre los cerros brilla.
Hazla tuya, porque en verdad,
en verdad, yo te amo,
cuando amanece
entre los cerros brilla

4 de agosto de 2009

MACUILXOCHITL



A la pequeña Macuilxochitl Arellano

Este mundo no es como lo vemos, parece la casa de los espejos de la feria. Como cuando le preguntas a mamá ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? Y te dice que nada, que tal vez sea polvo que le entró en los ojos, y ves sus ojitos tristes y no le crees pero sabes que es mamá, que estará bien y que seguramente tiene razón, aunque en tu corazón se siente un huequito que te hace sentir raro.
Macuilxochitl tiene la mirada de su padre y la sonrisa de su madre, pero algo hay en sus andar que no es de este mundo, ni de este tiempo. Los grandes dicen que las cosas son de un tamaño o que deben ser de tal o cual forma, pero ella finge entenderlo, sin embargo sabe de las extrañas formas que salen de las cosas, como diminutas viboritas; siente que al ver las estrellas mira a un espejo y que si toca su rostro entonces toca una estrella.
La niña sabe como complacer al mundo, es su naturaleza y sin correr el riesgo de ser belleza de flor de maceta se resiste a ser limitada, ella es flor de campo, flor que vive y muere cambiando de lugar de aquí a allá. No en esta vida ni en ninguna, no Macuilxochitl encerrada.
Llora la niña cerca de un árbol, entre la gran ciudad gris y sobria, entonces llega Xochipilli y le limpia con sus manitas las lágrimas que son pétalos de flor. La niña lo mira con amor, sabe que algo ha de cambiar, se arroja sus brazos y él levanta las manos y llama a ehecatl el viento que suave llega a ambos. Como una liviana parte de diente de león Macuilxochitl se hace pequeña, diminuta y se va a todos los campos, a todo le mundo a danzar y regarse por los llanos, incluso por los desiertos, se posa en los cactus y en el agua. Anda entonces la niña por el mundo y desde entonces siempre canta, siempre danza y enseña a los hombres las artes que hacen las lágrimas o la alegría transformarse en réplica del cosmos, porque el corazón el hombre mismo es una nota de el canto del universo.

CANTO DE MACUILXOCHITZIN

"Elevo mis cantos,
Yo, Macuilxóchitl,
con ellos alegro al Dador de la vida,
¡comience la danza!

¿Adónde de algún modo se existe.
a la casa de El
se llevan los cantos?
¿O sólo aquí
están vuestras flores?,
¡comience la danza!..."