25 de febrero de 2011

TU CUERPO EN LA YESCA

Sueño en ti
no contigo en la tibieza,
sueño contigo aunque sin ti.
Sueño hacia ti
ligeras cadenas de pétalos
amarrados de cinco en cinco.

Sueño en el horizonte
el águila sangrando, que riega los cerros
cuando las voces callan en honor a las flechas,
sueño sobre tus ojos negros,
en el afán por no velar
en el deleite de saberme en sueño
y no querer despertar jamás.

Sueño hacia tu cuerpo
en la dulzura prohibida
en el sepulcro jamás negado
en los vértigos carnales
que son oráculos, y en los vaivenes
de ese latido incesante, por ahora sueño.

Sueño con lo hipnotizante de tus hombros
con el flechador de regreso por las veredas
sueño tu cuerpo en la yesca
con las puntas de piedra hiriendo
tejiendo a través de mi carne,
sueño que no quiero dormir
por verte arder conmigo.

Ardamos.