15 de junio de 2011

Las santerías de una esposa demoniaca*.

Ven a sentarte en mi sillón a hacerle contrapeso a mis ochentanta kilos.
Ven a arrastrarme a casa cuando miro las estrellas y persigo a la luna echada a media calle.
"Me importa un pito" que tu falo sea como zanahoria o como pepino
Ven a espantarte de cuántos tragos amargos puedo dar después de ti;
Ven a creer como siempre lo que te dicten tus deseos.
Ven a creer que eres el mesías, que eres un genio irrepetible.
Ven a morirte por un dolor de muelas, por una doliente patada en los aguacates,
cuando mi vagina se abrió como un universo imperecedero y expandible
donde alojo mi furia en una eterna implosión que para ti es explosión.
Ven a caminar a mi lado al vaivén de la ausencia,
que mi amor es infinito, a pesar de los años que para ti, presumes son costumbre
costumbre de apretar mis caderas, costumbre de morder mis senos
costumbre de morirte muchas veces cuando dices que temes a la muerte
que te ha alojado en su regazo, que te ha visto cerrar los ojos todas las noches.
Ven a acostumbrarte conmigo a la lucha en contra de las toallas mojadas en el suelo
de los platos sucios en el fregadero, a la vida ni cortés ni valiente.
Pero ven, y di lo que quieras, dime misa o letanías demoniacas
que te escucho como esposa abnegada y te miro con ternura, como hijo adoptado
y sin embargo,con pasión desmedida, calmo esa sed que callas
y buscas en todos lados.


*Siempre lea las frases pequeñas de un contrato.Fuente: Doña Alejandra, que cuenta vida y obra en el Seguro Social en donde he abandonado mi cuerpo más de siete veces. Palabras adaptadas con un poco de mi cosecha y omitidas las frases dichas como muletillas: "Los esposos duelen más que parir mellizos", "ah como duelen los hijos", Dios aprieta y luego ahorca re feo". Esto es un homenaje, no una burla acuérdense que como dice doña Alejandra: "estamos en casa del jabonero". Imagen http://www.yolamasgorda.com.ar/tag/salud/

8 de junio de 2011

A MI MUERTE

Antes no sabía lo que son las manos.¿Vas a creer?Veía a mi madre llorar por tragedias citadinas, tragedias cómicas para mi y nada más me quedaba viéndola con tristeza "pobre mamá tan chillona que tengo"tocando sus manos cálidas, resbalosas de jabón de trastes.
Ahora que tengo manos rasposas, comencé a sentir a los demás y sus texturas, palmas chaqueteras, palmas amantes, palmas pica piedras, palmas engarruñadas por el teclado de estas máquinas estandarizadoras de ideales. Toco al otro y se cuando miente, cuando me teme, cuando no quiere tocarme, cuando me odia, cuando me ama que no es tan seguido, cuando ha llorado, cuando trae pena, cuando le hacen falta.
¿Habrás de creer que hasta hablo contigo?¿Habrás de creer que algunos dicen que eres un túnel con luz al final? Que nadie ha vuelto de ti. Y te han negado más de cien veces, y han dicho: ni Dios lo quiera, tan solo de pensar en ti,esa bola de malagradecidos.
Y tú andas por ahí cortando hierba seca, con tu zarape a puntos.Andas deshierbando los campos sagrados, recorriendo a pata pelona las veredas lejanas y los caminos serpentinos alumbrados sobrenaturalmente, en esa línea blanca que corre alejándose. Andas tocando puertas o entrando sin avisar, andas pidiendo vasos con agua o besos para sentir el aliento de la vida mortal y liviana.
Quizás no te acuerdes de mi, pero yo de ti sí; eres el vivo retrato de mi cobardía, de mi masoquismo latente; tomas la forma de mis miedos, de mis negaciones desacertadas; eres mi desorden esquizoafectivo del que mucho presumo y me cuelgo en le pecho como escapulario del presagio, como mi eterno redentor hecho a imagen y semejanza de mi ignorancia; eres mi razón de penar, de buscarte en conceptos, en nociones, en percepciones, en lugares lejanos y cercanos. En charcos, en los ojos de las agujas.En las telarañas de los rincones, en el polvo de los libros con olor a tamarindos.
Eres mi razón de decir "ya ni modo""joder""carajo" eres el por qué "tengo mucho que hacer", antes de hacer algo que de verdad valga la pena distanciándote así de mi para que no pueda ver tu verdadera figura, los símbolos complejos para aprender a morir como se debe. Eres quien vino a mi muchas veces con disfraz de "muerte chiquita".
Eres el por qué nombro a Dios cuando soy ateo de hueso quebrantado, el por qué de las visitaciones de la tan renombrada y concurrida acompañante, la soledad, que últimamante ha sido vendedora líder de joyas de piel y osamenta  en los burdeles del quejoso.