15 de noviembre de 2011

REMOLINO

La felicidad es una nube que cobra la forma de los traumas del loco.




Recién te vi
como un golpe de humo negro
volviste a mi
como un recuerdo llamado
del abismo del olvido.

De pie frente a ti
intenté aletear, invoqué a las alevillas
llamé a la lumbre
y mi núcleo en llama latía a otro ritmo
sin métrica de ti.

Me hundí en una nube
la llama atrajo la polifonía
en el lecho despeñado
de esa caída
mi linfa escarlata en implosión ancestral.

Desmoronada a tu lado
sin razón ni conciencia entiendo al fin
la composición del fragmento, los destinos,
el torbellino demoledor
que al mismo tiempo es libertador.