4 de agosto de 2009

MACUILXOCHITL



A la pequeña Macuilxochitl Arellano

Este mundo no es como lo vemos, parece la casa de los espejos de la feria. Como cuando le preguntas a mamá ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? Y te dice que nada, que tal vez sea polvo que le entró en los ojos, y ves sus ojitos tristes y no le crees pero sabes que es mamá, que estará bien y que seguramente tiene razón, aunque en tu corazón se siente un huequito que te hace sentir raro.
Macuilxochitl tiene la mirada de su padre y la sonrisa de su madre, pero algo hay en sus andar que no es de este mundo, ni de este tiempo. Los grandes dicen que las cosas son de un tamaño o que deben ser de tal o cual forma, pero ella finge entenderlo, sin embargo sabe de las extrañas formas que salen de las cosas, como diminutas viboritas; siente que al ver las estrellas mira a un espejo y que si toca su rostro entonces toca una estrella.
La niña sabe como complacer al mundo, es su naturaleza y sin correr el riesgo de ser belleza de flor de maceta se resiste a ser limitada, ella es flor de campo, flor que vive y muere cambiando de lugar de aquí a allá. No en esta vida ni en ninguna, no Macuilxochitl encerrada.
Llora la niña cerca de un árbol, entre la gran ciudad gris y sobria, entonces llega Xochipilli y le limpia con sus manitas las lágrimas que son pétalos de flor. La niña lo mira con amor, sabe que algo ha de cambiar, se arroja sus brazos y él levanta las manos y llama a ehecatl el viento que suave llega a ambos. Como una liviana parte de diente de león Macuilxochitl se hace pequeña, diminuta y se va a todos los campos, a todo le mundo a danzar y regarse por los llanos, incluso por los desiertos, se posa en los cactus y en el agua. Anda entonces la niña por el mundo y desde entonces siempre canta, siempre danza y enseña a los hombres las artes que hacen las lágrimas o la alegría transformarse en réplica del cosmos, porque el corazón el hombre mismo es una nota de el canto del universo.

CANTO DE MACUILXOCHITZIN

"Elevo mis cantos,
Yo, Macuilxóchitl,
con ellos alegro al Dador de la vida,
¡comience la danza!

¿Adónde de algún modo se existe.
a la casa de El
se llevan los cantos?
¿O sólo aquí
están vuestras flores?,
¡comience la danza!..."

No hay comentarios: