28 de mayo de 2009

TIJERAS

Otra tarde que pasa a prisa…hace apenas solía caminar descalza por entre la tierra a visitar a los árboles vagando sin destino a la deriva, recostada a sus pies mirándolos mover sus brazos al viento, escuchando su crujir como charlas intensas.

Me ofendía el hecho de que alguien me preguntara cuales eran mis metas, que frase tan asquerosa y trillada, que afán del hombre por saberse dueño del tiempo y la vida misma y sin embargo es un requisito para ser aceptable y conveniente en las profesiones, en las escuelas, en las amistades, en lo amores coherentes.

La escuela era un pila de concreto sin alineación…un recinto cuyo pútrido olor agobiaba los sentidos, uno que otro poeta dando clase, alguna eminencia, algún sinvergüenza, un usurpador, un fanfarrón, un depravado, un mal cogido… y otros cuyo camino los había dejado abandonados a su suerte enfrente de un grupo de mozos queriendo ser grandes…algunos se esforzaban por abrir brechas en nosotros, otros se habían resignado ya a dejar que la sociedad nos devorara, que nuestro idealismo quedara en mero olvido…que fuéramos un producto consumible más en el gran mercado de almas vendidos al mejor postor.

No debiera ser tan cruel al hablar del lugar donde pasé los últimos años de mi vida…también había momentos de romance, de épicas historias, tomentos…soledades. Lo que más amé fueron los soles olvidados, las huídas a sus brazos agudos cuando vestido de oro o incluso plata me juraba amor…algunas veces herido con sangre a flor de piel seguía su jornada momentos antes de finalizar la batalla, se iba para al fin dejarme y volver a nacer…mientras yo esperaba a alguien más.

No se cuantas horas pasé en aquel valle o estepa o no se que rayos era mirándola sobre mí… aun con los ojos cerrados la amé, la vi desmembrarse... y mi cuerpo dejó de ser hasta que era tiempo de seguir mi camino. Días etéreos, a tal grado que no se cómo llegué aquí, no se cómo pude salir del colegio…por qué no fui a parar a un manicomio, quizás hubiera sido más normal llegar ahí porque allá suelen mandar a algunos que aman también a lo intangible…muchos muchos…
Para el hombre occidental solo el hombre es válido, todo gira a su entorno, todo es sobre él a su beneficio a su incapacidad de adaptarse sin destruir. No nos dejan otro camino, no nos enseñan a romper sin devastar.
+++
Y ahora tú…estas al pie de mi cama por quinta ocasión…leal a una promesa que nunca me hiciste…no puedes ser ya hombre…no conozco tu lenguaje, no hace falta…tu mirada rebasa mis párpados cerrados y pese a que nunca te pedí estar aquí…pero sabes que mis palabras son sinceras, que yo solo miento cuando callo una verdad…tal vez eso sea…no creo merecer la eternidad de tu mirada…cualquiera diría que eres un sueño, no lo eres estoy cierta, me levanto y sigues ahí, recuerdo a mi tiita que nos enseñó a poner unas tijeras abiertas en la puerta para resguardarnos del “mal”…lo hago, te traiciono por mi condición irremediable de humana …quiero que te vayas porque no valgo tu presencia…tú no lo crees… sigues ahí.
Quiero que te largues pero reconozco en la obscuridad ondulante esos ojos…otra vez tú…quisiera hundirme en ellos, plasmarlos en mi pecho...cierro los ojos…estas sábanas se hacen rasposas, mi cuerpo se estremece…te doy la espalda, mi pierna derecha se eriza al sentirte cerca.
Te colocas justo sobre las tijeras como la luna en el centro…se que no eres el mal, en todo caso soy peor que tú…tú sin en cambio eres sereno, apacible como para dormir en tu regazo perpetuamente, no podre jamás tocarte…te quedas de pie, firme, insurrecto a mi voluntad mientras mis párpados caen y al final caigo en un olvidable sueño.

1 comentario:

╰☆╮Zitlalziuatzin╰☆╮ dijo...

Hermosa Nauatecpatl, llevas en el rostro, en el corazón y en el aliento las palabras que en ocasiones talvez no sean consideradas las más bellas, pero que llevan consigo la mas extasiante intención... la de ser pronunciadas libremente para recorrer espacio y tiempo...
Aquellas que finalmente llegan y transcienden mucho mas alla de nuestro propio entendimiento y no por que seamos incapaces de hacerlo, de verlo o incluso de oirlo, sino por nuestra absurda resistencia a dejarlas ser...