14 de febrero de 2010

MATANDO A LA MAESTRA DE MÚSICA.



Chelo. desnudo febril
País: Venezuela
Año: 2009
Tipo de obra: Pintura
Artista: Julietnys Rodriguez

Consuelo, Consuelito a penas le quedó el nombre.Era eso y más en toda la extensión de la palabra y en verdad no es muy alentador.Si tan solo se hubiera llamado Amparo o algo más animoso, pero nada tan trágico que el desconsolado consuelo.

Apasionada de las artes,en especial de la música eligió el más desconsolado de los instrumentos, el chelo, para acabarla de joder.Ese llanto inconsolable de sus angustiadas cuerdas, fúnebre, al contrario del bienavenurado y celestial violín, pero sin desvirtuar por ningún motivo el misterio de su majestuoso y melancólico sonido.

Consuelo padeció el ir y venir de lo días mejores y peores.Entre sus piernas el consolado que gritaba ¡sí! ¡sí! ¡ahhhh!y encontraba un consuelo en sus brazos, en sus senos de melones maduros y las caderas gigantes, pronunciadas como los segundos de ahogado, que le daban la forma de un chelo viviente, cándido y hermoso que resultaba un refugio para los veinte o treinta afligidos que caían en su tibio refugio, pero solo fue eso, un triste consuelo.

Igual sonaba Consuelo,grave y obtusa.Parada frente a su grupo nuevo de pubertos hormonales y en explosiones de exaltos.Su voz resonaba con pasión el en aula, intentando transmitir esa magia que tiene la música.

Nada en sus cabezas egoistas. Nada en su ebullidero de emociones.Consuelo con los párpados pintados de verde malva, cabello caoba, color madera de instrumento apasionado, labios rojos...Consuelo con piel de ayer miraba desconsolada al tiempo en extinción, el latir del reloj delante de los colores deprimentes de la escuela.

Nada en sus flautas rechinando.En sus uniformes verde y gris suicidio.Nada en sus mentes repletas de comerciales de T.V.abierta.Sonaba el órgano impactado por dedos ágiles, arrugados repletos de anillos de plata y unas cuantas penas.Extasis.Dolor.

Consuelo en su vestido de flores verdes.Metida en la eterna silueta en forma de Chelo.Hermosos ojos inconsolables.Nada en su indifererncia de pupitres duros, entre los libros de la Madre Patria muerta, los de cuarenta años después, de buenos y malos.Nada en sus cuerpos mutando, en sus mentes finitas.

Un día, después de muchos días, muchos grupos, muchos gatos con nombres de exnovios, Consuelo abrió las piernas.Seguía hermosa bajo ese vestido de antaño, como las frutas maduras, bella.Posó entre ella su amado Chelo, ese su alma gemela,ella misma hecha de madera.Tocó y tocó sin parar a media noche, incontables piezas excelsas, que hicieron llorar a los vecinos entre sueños.

Su último gato, pena por las noches desconsolado.

6 comentarios:

╰☆╮Zitlalziuatzin╰☆╮ dijo...

Que te puedo decir... yo también me quedé como el gato...

Te admiro very much!!! jejeje...

Abrazo...
Beso y
Buena vibra...

Leo dijo...

Tuve que imprimir este relato para leerlo detenidamente, ye s que es de esos cuentos que tienes que leer y releer, y que te da gusto releer, y encontrate de nuevo con este tipo de cosas...quizas me voy a ver muy tecnico, pero la verdad tengo que hacer estas observaciones, para que cuandos aques tu antología, pongas esto, bueno, si quieres:

"Matando a la mestra de Música, es un relato soberbio, explotando a una autora madura en su calidad narrativa, y desenvuelta en una historia con un final desolador. El argumento es cautivante, senusal y violento, avasallador en cada una de sus silabas, y a tra vez de peronsajes bien definidos, sexies, y en ocasiones despreocupados ante el tiempo y el espacio, Ariadna Lira explora ese lado perverso del artista, del músico, que crea una obra hermosa a raiz de la crualdad humana. Una obra singular, que auno le da gusto leer y releer una y otra vez, sin duda unod e los trtabajos mas redondos y concisos de esta joven autora"

DINOBAT dijo...

Los humanos somos iguales en donde sea, crueles y violentos, a veces sin acordarnos que el tiempo pasa y no se devuelve...buen blog, me quedé un rato leyendo...

La KSB dijo...

Ahora no me viene el nombre exacto a la cabeza, pero creo que Consuelo me recuerda, tiene un aire, se parece o tiene una estela de una imagen-arquetipo de una especie de mujer-medusa que está trabajada como un arquetipo jungiano... que en un momento para mí fue clave. Creo que Plinio Apuleyo la trabaja en el Asno de Oro. En fín... una casualidad en mi primera visita a tu blog

ERICK GUZMAN dijo...

Qué pena para el cello no poder sonar de otra manera. Ojalá pudiera ser como nosotros que inclusive a veces somos como cellos:io lo he sido i no sé si lo sigo siendo.

El caso es que ante ciertas emociones-i ante cierta persona- me resisto a ser sólo eso: un hombre, una estadística, un miembro genérico y no una emoción con cuerdas sobre un cuerpo de madera robusta; i hasta desesquinado accidental o propositivamente.

¿Cómo nos tocaría un cello? ¿Qué notas nos sacaría al exorcisarnos de mañanatardeonoche? ¿Serían notas erógenas o robiosas? Predecibles o inaudibles... Vitales o aniquilables...

¿Cuáles serían las notas para liberar al alma por fin sin llegar a la muerte?

Yo no sé.
Nunca he sabido.

Alandroide dijo...

L'histoire m'a plu.

Des applaudissements!!