22 de agosto de 2011

NUNCA TE MUERAS EN LUNES.

Te puedo perdonar que olvides mi  nombre,
te perdono la devoción.
Te puedo absolver de mi odio si me odias,
te puedo decir "está bien"si me abofeteas
en tus ratos de rudomanía con la mirada.
Puedo conformarme con darte la espalda
si me robas mi dinero en día de azueto.
Te perdono si me dejas plantada, sin maceta,
diez o quince veces;
pareciera que no me importa tal vez la maldad,
posiblemente son demasiado malvada
para percatarme de mis compatriotas los malevos bravos
o demasiado estúpidamente anestesiada
por una trastornada bondad limítrofe.
Te perdono que huyas sin pagar la cuenta,
te perdono que me pintes cuernos,
que abras la boca y te entren no moscas, mariposas.
Es más, ya existe contrato y todo;
te eximo de toda culpa,
de tambaleantes embriagueces con consecuencias catastróficas
y prolongados vómitos que espantan a los vecinos.
Te indulto por los relevos entre tú y la ausencia.
Te perdono las caricias fuera de tiempo,
lo insoportable que es que uno hable chino y otro lenguas eslavas,
tus lamentables escapes veinte años atrás.
Y como lo incondicional ya no se usa en este tiempo,
como resulta ser un fósil mítico de "tiempos mejores"
solo te pongo una condición:
Por lo que más quieras, nunca de los nuncas se te ocurra la brillante idea de morir en lunes.

2 comentarios:

Leo Hernandez dijo...

nunca, hermosa Ariadna Lira, nunca me atrevería a atentar así contra tí...(que buenas imágenes!)

Ariadna Lira dijo...

Ya rugiste León, querido poeta, un fuerte abrazo.