28 de diciembre de 2011

No esta vez...

El arquero amarra sus alas,
divisa una explosión mitificada de esqueletos descarnados,
de bocas de serpientes y se hunde en el cielo.
El elixir brota tibio y virgen de viento.
Colapsa ese tiempo de saetas que profanan carne,
por una boca árida de salvia.
El viejo deja de ser
a manos del alba.


2 comentarios:

Alandroide dijo...

Una buena lectura acompañada de la exquisita jarana. Siempre es bueno tenerte en el mundo blogger; aunque sean momentos esporádicos.

Muchos abrazos y sonrisas para ti.

Sé feliz :)

Leo dijo...

hermoso, como siempre...ese final no tiene madre, poeta!! tu talento es nato!